¿Sabías que Andorra es uno de los paises del mundo con más museos por número de habitantes? Sólo le supera el Vaticano! Es difícil decir cuántos museos hay exactamente, porque los hay públicos y privados, grandes y pequeños, y museos propiamente dichos y espacios museísticos y centros culturales difíciles de catalogar.
Uno de los destacables es el Espai Columba, que, entre otras piezas, acoge los frescos de la iglesia de Santa Coloma, que fueron arrancados en 1933 y pasaron por todo tipo de manos (anticuarios, aristócratas, nazis…) hasta que en 2007 el Gobierno de Andorra logró recuperarlos. La entrada al museo incluye una visita la iglesia, situada al lado, donde los frescos se pueden ver proyectados mediante la técnica de mapeo.
El arte románico es sin duda uno de los patrimonios culturales más importantes del país, que cuenta un gran número de iglesias de este estilo que vale la pena visitar. Sin salir de la parroquia de Sant Julià de Lòria podemos mencionar la iglesia de Sant Serni de Nagol, la de Sant Miquel de Fontaneda o la Sant Esteve del Mas d’Alins, por citar sólo algunas.
Otro espacio cultural de peso es el Museu Carmen Thyssen Andorra, inaugurado en 2017 y por donde ya han pasado obras de Paul Gauguin, Ramon Casas, Anglada Camarasa, Claude Monet o Auguste Rodin. Hasta el 6 de septiembre se exhibe la muestra ‘Influencers’ en el arte. De Van Goyen al pop art.
El Museu Fábrica Reig combina la expresión artística y el testimonio del pasado del país. Por un lado, el visitante puede recorrer una antigua fábrica de tabaco y conocer cómo se elaboraba y comercializaba este producto, y, por otro, puede ver exposiciones temporales dedicadas al arte contemporáneo. La actual está dedicada a Joan Obiols Vié y explora los vínculos entre arte y locura, y anteriormente se ha repasado la obra del fotógrafo Robert Capa o el movimiento hiperrealista, entre otros.
Además del Museu del Tabac, los interesados en conocer cómo era la vida en Andorra hace un siglo disponen de varias casas tradicionales condicionadas para los visitantes en las diferentes parroquias: el Museu Etnogràfic Caso Cristo en Encamp, el Museu Casa Rull en Sispony, el Museu Casa d’Areny-Plandolit en Ordino y el más nuevo, la Casa Museu Cal Pal en la Cortinada.
Un factor que contribuyó a la desaparición de esta forma de vida y a la llegada de la modernidad fue la construcción de las centrales hidroeléctricas y la electrificación del país, que de pasada conllevó también la construcción de las primeras carreteras. Todo esto se explica en el MW Museu de l’Electricitat, que ofrece la posibilidad de hacer también el Camí Hidroelèctric d’Engolasters, un viaje a través de la producción de la electricidad, en el que visitarás el interior de la presa del lago de Engolasters, caminarás sobre los canales que captan el agua de los ríos y conocerás los secretos de la producción de electricidad.
Los vehículos motorizados cuentan no con uno, ¡sino con dos museos! El Museu Nacional de l’Automòbil, situado en Encamp, y el Museu de la Moto d’Andorra, en Canillo. Y podríamos seguir con el Museo la Massana Còmic Joan Pieras, el del Perfum…